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Junio 2012
Edición No. 280
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Laboratorio humano

Eloy Dewey Castilla.

El cuerpo humano tiene límites físicos claramente establecidos y dentro de los mismos lleva a cabo su actividad de manera ordenada.

Los cinco sentidos básicos: vista, oído, tacto, gusto y olfato con lo que percibimos y relacionamos nuestro entorno cuentan con limitantes. Cada uno de ellos los tiene y a manera de ejemplo, no podemos alcanzar a ver después de cierta distancia ni descubrir lo que microscópicamente se esconde a vista normal. Somos intolerantes a la luz muy fuerte y no podemos distinguir en la obscuridad.

Así mismo, más allá de cierta altura, el cuerpo humano tiene dificultades para respirar como bajo del agua.

La velocidad extrema rebasa la aceptación cómoda del cuerpo. El calor y el frío son aceptables en un rango de temperaturas más allá de las cuales se pone en riesgo el cuerpo humano.

La alimentación tiene límites en cuanto a la cantidad así como a la calidad de lo que se ingiere.

El descanso es obligado y las horas sueño condicionan al organismo para su salud física y mental.

Se puede llevar al cuerpo humano al tope de su capacidad y esfuerzo como sucede en los juegos olímpicos.

Sin embargo, esas barreras configuran los límites de la vida del cuerpo humano.

Quien respeta sus limitaciones, actúa con ellas y les da un buen trato, seguramente vivirá por más años y de una mejor manera.

Quien se va a los extremos, abusa de su cuerpo y lo expone a condiciones no óptimas, sufrirá sus consecuencias con enfermedades y atenuación de sus facultades de función y percepción y por ende acortando sus años vida.

La vida exige un comportamiento correcto y balanceado.

¡Cuídate a ti mismo!

 
Eloy.dewey@hotmail.com
@eloydeweyc
 
 
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

     
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